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Cómo estan afectando las crisis externas en los equipos. 3 estrategias para mitigar su impacto

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El cambio en tiempos de incertidumbre
¿Qué deben hacer las organizaciones para que sus equipos puedan hacer frente a las crisis externas y salir reforzados?

Las crisis externas —desde pandemias globales hasta conflictos geopolíticos— pueden desestabilizar rápidamente a cualquier organización. Y creo que quedó demostrado en la pandemia del Covid19.

Las organizaciones no son entidades aisladas, son ecosistemas vivos formados por personas, cuya resiliencia y adaptabilidad pueden determinar el éxito o fracaso en momentos de incertidumbre. El impacto de estas crisis en los equipos puede ser mucho más de lo que nos pensamos, puesto que puede afectar profundamente la dinámica de estos, debilitando la moral y la productividad.

Como impactan las crisis externas en los equipos

Las crisis externas suelen generar un ambiente de incertidumbre y ansiedad entre los empleados. La preocupación por la estabilidad económica, la seguridad en el empleo y el bienestar personal puede reducir la concentración y la energía, elementos claves para el rendimiento del equipo. Además, la interrupción de las actividades diarias habituales puede dificultar la colaboración y la comunicación efectiva, pilares esenciales de cualquier equipo exitoso. 

“La incertidumbre reduce la capacidad de respuesta, pero con estrategias adecuadas, como la planificación proactiva y la adaptabilidad continua, podemos superarla y convertirla en una oportunidad para innovar y fortalecer nuestros equipos.”

Para afrontar con éxito el impacto de una crisis externa en los equipos, es esencial contar con un plan bien definido que no únicamente proteja los intereses de la organización, sino que también asegure el bienestar y la productividad de sus empleados. Ahora exploraremos estrategias probadas que los líderes pueden implementar para minimizar el impacto adverso de tales crisis y potenciar la capacidad de recuperación.

Reforzar la comunicación 

En momentos de crisis, una comunicación clara y transparente es más crucial que nunca. Los líderes deben esforzarse por mantener a sus equipos bien informados sobre la situación actual y los pasos concretos que la empresa está tomando para gestionar la crisis. Es primordial no sólo compartir las noticias positivas, sino también enfrentar abiertamente los desafíos, preparando a toda la organización para posibles escenarios adversos. Esta transparencia ayuda a mitigar la incertidumbre y fomentar un ambiente de cooperación y apoyo mutuo.

Al mismo tiempo, fomentar una comunicación bidireccional es vital. Crear canales donde los empleados puedan expresar libremente sus preocupaciones y sugerencias además de promover un diálogo abierto, también fortalece la confianza y el compromiso. Los líderes deben ser receptivos y considerar de manera activa la retroalimentación de sus equipos, haciéndolos participes en la toma de decisiones y en las estrategias de adaptación. Esto no sólo mejora la moral del equipo, sino que también puede revelar soluciones innovadoras y adaptaciones necesarias que sólo los que están en esa posición pueden ver.

Es fundamental que la comunicación sea constante y coherente. La consistencia en los mensajes emitidos por diferentes niveles de la organización asegura que todos los empleados tengan una comprensión unificada de la situación y de las medidas que se están implementando. Esto elimina confusiones y rumores que pueden crecer en periodos de incertidumbre.

Implementar estas prácticas de comunicación no sólo prepara a la empresa para manejar la crisis actual, sino que también establece las bases para una cultura organizacional más resiliente y adaptativa, elementos clave para el éxito a largo plazo.

Promover la flexibilidad y la adaptabilidad

Para mitigar el impacto de las crisis externas, las organizaciones deben fomentar una cultura de flexibilidad y adaptabilidad. Esto se traduce en revisar y ajustar las políticas de trabajo, como los horarios flexibles o el trabajo remoto, que pueden ayudar a los empleados a gestionar mejor el estrés y las demandas de su vida personal, aumentando con ello la productividad y satisfacción en el trabajo.

Empoderar a las personas y equipos para experimentar y proponer nuevas ideas, puede contribuir a un crecimiento en la innovación, que no sólo contrarreste la crisis actual, sino que también posicione a la empresa como líder en su sector. Las organizaciones resilientes y exitosas se caracterizan por adaptarse rápidamente a las circunstancias cambiantes. Asimismo, invertir en formación y desarrollo ayuda a asegurar que los empleados puedan desarrollar mejor sus roles actuales, y gracias a ello también estén preparados para adaptarse a futuros desafíos.

Con frecuencia defiendo, que la adaptabilidad no es sólo una necesidad temporal; es una ventaja competitiva que debe ser desarrollada. Cuando las organizaciones adoptan esta estrategia, sobreviven a las crisis, se transforman y emergen más fuertes, listas para liderar el futuro de su industria.

Enfoque en el bienestar y el apoyo psicológico

Debe trabajarse el bienestar emocional de los empleados como prioridad durante las crisis externas. En este caso, es necesario ampliar considerablemente los programas de apoyo para el bienestar emocional. La posibilidad de recibir sesiones de mindfulness y talleres de gestión del estrés, son herramientas valiosas que pueden ofrecer un soporte significativo. Es fundamental que los líderes puedan reconocer y actuar ante signos de agotamiento o desmotivación. Así no sólo identificarán los síntomas tempranos de estrés en sus equipos, sino que también podrán proporcionar una respuesta rápida y eficaz para abordar esta situación.

Estas iniciativas no sólo ayudarán a los empleados a controlar su nivel de estrés, sino que también crearán un entorno de trabajo empático y solidario. Es vital para mantener un ambiente de trabajo unido y comprometido, fomentar un entorno laboral seguro donde los empleados puedan expresar sus problemas y ser escuchados sin ser juzgados. 

«Cuidar del bienestar emocional no es sólo un acto de empatía, es una inversión en la sostenibilidad de nuestra organización»

Cuando una organización crea un entorno de apoyo, mejora el bienestar de sus empleados y con ello también aumenta la resiliencia organizacional. Un equipo emocionalmente saludable es más resistente cuando enfrenta desafíos, se adapta rápidamente a los cambios y se desempeña mejor bajo el estrés.

Conclusiones

Las crisis externas son inevitables, pero la forma en que una organización responde puede diferenciarla significativamente en el mercado. Al adoptar una comunicación transparente, promover la flexibilidad y enfocarse en el bienestar de los empleados, las empresas no sólo pueden mitigar el impacto negativo de estas crisis, sino también salir más fortalecidas y cohesionadas. Implementar una comunicación continua y abierta ayuda a disipar incertidumbres y fomenta una cultura de confianza y apertura que es vital en momentos críticos.

Si nos aseguramos de que nuestra organización no sólo sobreviva, sino que prospere, podemos convertir los desafíos actuales en oportunidades. Esto nos situará no sólo en condiciones para recuperarnos en el corto plazo, sino también como líderes resilientes a largo plazo.

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